#Memoria 3: Lo que siempre ha deseado.

Bajo apresuradamente con una foto en la mano, me la enseñó y era yo…
Yo tenía exactamente esa misma foto, pero perdida en la mudanza…

Me abrazó llorando de la emoción y yo no sabía que hacer.

-Anne, ¿dónde has ido?
No dejaba de llorar mientras me lo preguntaba una y otra vez.

-He estado por ahí, perdida por el mundo de un lado a otro.Me he mudado unas once veces, y esperaba poder quedarme aquí ya para siempre. Ahora lo haré. Estar contigo, abuela, es lo único que necesito.

La abracé entre lágrimas que afloraban de mis ojos, cual manantial.

-Pero, ¿vives conmigo? O ¿te vas a tu casa ‘’nueva’’? -Dijo entre risas-
-Tengo que irme a esa casa, pero los fines de semana, te prometo que vendré a estar contigo.
-¿En qué trabajas pequeña?

Me emocioné, recordé que así me llamaba de pequeña. No era casi a articular palabra.

-Trabajo, bueno soy aprendiz en una Veterinaria.
-Has seguido tu sueño. -Sonrío-
-Lo he seguido, porque les prometí a mis padres que iba a serlo, que lo conseguiría. Y no les iba a defraudar. Me apliqué y aquí estoy, si sigo durante una semana más, consigo mi titulo oficial y con lo que tengo ahorrado puedo abrir mi propia clínica.

Empezó a llorar, la abrace de inmediato, también llorando.

-Abuela, no llores más. Aquí me tienes, y no me separaré de ti. Además mi casa tardará un tiempo en estar arreglada así que estaremos juntitas durante un largo tiempo.
- Dios mío, tanto tiempo pidiéndole al señor que estuvieras bien, que no te hubiera pasado nada.. Al final mis plegarias se han cumplido.

-Ya estoy aquí y no me iré jamás, no me pienso separar de ti. Ya he estado ocho años sin tu compañía y diez sin la de mis padres, no quiero quedarme sola nunca mas.
Abuela que no te parezca mal, pero… ¿cómo era tu nombre?
-Memoria de pez -río- me llamo Elizabeth, ¿recuerdas? Me llamabas yaya Eli.
-Hace mucho tiempo ya de eso, y mi memoria después de todo lo que paso, hizo como un borrón y no me acuerdo de la mitad de mi vida.
-Yo me encargo de que recuerdes, cada instante de tu vida.

La abracé y la besé en la mejilla.

-Gracias, muchas gracias.
-No me las des pequeña, para eso estoy.


-Bueno yaya, ¿qué sueles hacer tú los días de diario?
-Pues ahora mismo, me voy a vestir y nos vamos al mercado a comprar, ¿vale?
-Genial, me voy a vestir también.

Subí al cuarto y la puerta de mi armario estaba abierta, y ni siquiera había metido la ropa que llevaba en la maleta de mano, me asuste, al ver que se seguía abriendo sola, no había corriente, la puerta recuerdo que encajaba bien….
Oí una especie de grito en el baño, baje corriendo y en la ventana del baño traía:

‘’Os vigilaré durante día y noche sin descanso, esperando mi turno de venganza. No os asustéis me conocéis, solo que soy la persona que menos esperáis que sea’’.

-Abuela……. ¿qué es esto?

Se quedó muda, sabía que pasaba y no me lo quería contar….

-Sé quien es…

[Continuará…]